viernes, 27 de noviembre de 2009

De Crepúsculo y Luna Nueva

Y de por qué las críticas de cine deben tomarse con pinzas.
211 comentarios y subiendo. Increíble que una crítica de cine pueda levantar tantos comentarios en un solo día. Bueno, increíble no. Desde que estamos globalizados, las opiniones que antes se fraguaban en la escalera, el patio de atrás, las reuniones de vecinas o el bar del barrio ahora se discuten (más enérgicamente o no) en los bits que almacenan los miles de servidores de Internet.

Y el caso es que la gresca ha llegado a casa. He de decir que me encanta el cine, desde el punto de vista de un aficionado de poca monta, con mentalidad idealista, que juzga una película por si "me ha gustado" o "no me ha gustado". Sinceramente, al final es lo que cuenta, ¿no?

Por cierto, estamos hablando sobre Luna Nueva, el nuevo episodio de la saga de Crepúsculo que acabo de ver. Y de la crítica de la que estoy hablando y que ha desatado los siete males, tanto en mi casa como en Internet, es ésta.

No dudo de las habilidades críticas de Don Juan Luis Caviaro ni de los conocimientos de cine que puedan tener él, o cualquiera de los comentaristas que han participado criticando la crítica o criticando a los que critican la crítica. Seguramente, su cinefilia sea más profunda y más antigua que la mía. Seguramente, sus conocimientos de cine, guión, dramatización, fotografía, artes escénicas, etcétera, sean mucho más buenas que las mías. Pero yo sé algo. Sé si la película me gusta o no me gusta.

Me parece muy bien que un comentarista de cine exprese su opinión sobre una película. Todo el mundo tiene derecho a decir qué gustos tiene y tiene derecho a no ser juzgado por ello. Pero me parece mal que un comentarista de cine, profesional o no (ojo, que no arremeto sólo contra Don Juan Luis Caviaro) diga que "defender esta memez [refiriéndose a Luna Nueva] es insultar al cine". Yo creo que llamar "memez" a una película que ha gustado y sigue gustando a millones de personas a todo el mundo, es insultar a esas personas.

Sinceramente, y ahora me dirijo a todos en general, la película no es tan mala. Es una película orientada a un público en particular. No podemos esperar que una persona que disfruta de manera enloquecida con el cine de autor y desecha el cine comercial como lo peor pueda estar entre los admiradores del film. Esta película es una película comercial, dirigida al mismo público que sus libros, las jovencitas adolescentes y similares. Yo, personalmente (y ahora estoy dando mi opinión subjetiva) no abogo por la película ni por la serie. No me parece una superproducción merecedora de ningún Oscar. No obstante, reconozco que pasé un buen momento en mi casa viéndola. Eso es lo que yo sé, y es lo que cuenta.

Cuando se reliza una crítica sobre cualquier cosa (y más aún sobre una forma de expresión artística -como el cine- que es, inevitablemente, subjetiva) hay que intentar realizarla de la manera más objetiva posible, dejando a un lado las percepciones personales que, no lo pongo en duda, están bien, pero en su ámbito (en la escalera, el patio de atrás, el corro de vecinas, el bar del vecindario, o sus correspondencias digitales en el globalizado mundo de Internet). Obligar a alguien a que opine algo que, al final, es única y puramente personal (como los propios gustos sobre un género o una película en particular), es una forma de intolerancia y radicalismo. Es preferible promover que cada uno se genere su propia opinión. Una vez generada, discutir opiniones es otro cantar.

Moraleja:
Tener una opinión sobre algo no significa que sea la única ni la mejor, significa que tienes una opinión.
He dicho.

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